Collado de Lizaieta (ficha)

Collado de Lizaieta

Ficha Técnica:

Longitud: 6.5 kilómetros
Duración: 3 horas
Dificultad: media

Más información

Etxalar es una preciosa villa del norte de Navarra. Su situación en pleno Pirineo, a solo 25 kilómetros del Mar Cantábrico ofrece una condiciones inmejorables para la observación de aves tanto residentes como migrantes. En el paseo que proponemos a continuación visitaremos el collado de Lizaieta, de 440 Mts. de altitud sobre el nivel de mar. En un agradable paseo nos acercaremos hasta Txorilepoa y al collado de Usategieta. Desde allí, y rodeados de unas magníficas vistas, podremos disfrutar del paso de miles de aves de decenas de especies, que aprovechan este collado para pasar a la campiña labortana, y de ahí, al resto de Europa.
La migración es un movimiento predecible de millones de aves, que aprovechan las benignas condiciones ambientales de la primavera y verano de Europa para sacar adelante sus polladas, retornando en otoño a sus cuarteles de invierno, situados en el sur de la Península Ibérica (por ejemplo las grullas) o incluso en el África subsahariana (por ejemplo águila pescadora). Hay dos épocas de migración: la migración prenupcial, que ocurre durante los meses de la primavera, y la migración postnupcial que se desarrolla durante el otoño. Como es obvio, en estas fechas observaremos la migración primavera, también conocida como “contrapasa”. Los millones de aves que han pasado los rigores del invierno en el sur, acuden en masa a sus zonas de cría en el norte.

Las rutas que emplean las aves para migrar están bien establecidas y son conocidas. Para sortear los accidentes geográficos, las aves se concentran en determinados puntos durante su ruta. Para sortear el Mar Mediterráneo, uno de sus principales obstáculos en su viaje Europa-África, su concentración es máxima en el Estrecho de Gibraltar y, al este, en el Estrecho del Bósforo. Pero no podemos olvidar que otro de los grandes accidentes geográficos que las aves han de superar en su viaje son los Pirineos. Para afrontar el paso de esta cordillera, la aves aprovechan los pasos más bajos, más “fáciles” y que menos energía les requieren. Y en este sentido, el Paso de Lizaieta ofrece muchas ventajas y baja altitud. Además, la ruta occidental de los Pirineos es con mucho la más utilizada por las aves, que a continuación se dirigen al resto de Europa (Islas Británicas, Países Bajos, Centroeuropa o incluso países nórdicos y las tundras del norte de Europa).


La variedad en las características de este fabuloso viaje es tan grande como el número de especies que lo realizan. Hay especies que migran muy pronto, como la cigüeña, que en los primeros días de enero están ya en marcha, aunque el grueso de la migración ocurre entre el 15 de marzo y el 15 de mayo. Hay algunas especies que migran de noche, como las codornices, los petirrojos o los zorzales, otras son claramente diurnas como las palomas, e incluso hay otras que migran durante el día y la noche, como las grullas, los aguiluchos pálidos o los ansarones. Hay especies que vuelan muy alto, como los ansarones, que es su paso por las cadenas montañosas pueden ascender hasta los 4000 Mts. de altura (9000 metros en el caso de los ansarones que cruzan el Himalaya, por ejemplo) y otras que lo hacen a muy baja altura, como los pequeños pájaros. Hay especies que migran a una gran velocidad de crucero, como el chorlito dorado, que realiza una migración de más de 3000 Km. sin escales, a una velocidad media de 90 Km. /h., aunque la mayoría suele hacer “etapas” de entre 50 y 200 Km. diarios.

¿Cómo se orientan las aves? ¿Cómo saben a dónde dirigirse o qué ruta tomar? ¿Cómo anticipan los cambios metereológicos o saben cuando emprender el viaje? Tantas y tantas preguntas que intentaremos contestar en nuestro paseo.

Para disfrutar de este maravilloso e impresionante espectáculo de la Naturaleza les invitamos a venir con nosotros a descubrir los pequeños grandes secretos de las aves, y de paso, rodeados de unos paisajes de ensueño, adentrarnos en las leyendas de contrabandistas y adentrarnos en la atmósfera de aventureros, que tan magníficamente plasmó Pío Baroja en sus novelas ambientadas en esta zona